El consumo de alimentos con especias como el chile picante rojo o la pimienta negra, aumenta la termogénesis y potencialmente puede tener un efecto significativo en la sensación de saciedad y la oxidación de las grasas, de acuerdo con el Dr. Margriet Westerterp-Plantenga y sus colegas del Department of Human Biology at Maastricht University en los Países Bajos en una reseña publicada en agosto de 2006 en la revista Physiology & Behavior.

La capsaicina, que es la sustancia que da a los chiles picantes su sabor picante, se ha informado que aumenta la termogénesis, y en estudios en hombres y mujeres japoneses que consumieron una comida que contiene capsaicina, los participantes experimentaron un aumento en el gasto de energía inmediatamente después de su comida picante, de acuerdo con el Dr. Westerterp-Plantenga.

Del mismo modo, la pimienta negra contiene piperina, una sustancia que se ha demostrado que influye en la termogénesis a través de la estimulación del sistema nervioso, de acuerdo con el Dr. Westerterp-Plantenga y colegas.

Lista de alimentos:

El chile o la cayena: por su contenido en capsaicina, que es la sustancia responsable del sabor picante, aportan sensación de saciedad y favorecen la oxidación de las grasas y por tanto la pérdida de peso. Según los últimos estudios y gracias a el aumento de calor que generan, pueden aumentar el metabolismo basal hasta un 25% y este efecto puede durar hasta 4horas después de haberlos ingerido.

La pimienta negra: contiene piperina, esta sustancia sirve como bloqueante de la formación de nuevas células adiposas en el organismo, a su vez estimula los receptores nerviosos que regulan la temperatura haciendo que se quemen más calorías.

El jengibre: posee un compuesto que se llama gingerol que actúa como antiinflamatorio natural. Al aumentar la termogénesis, también favorece la pérdida de peso, ya que optimiza la combustión de grasa (lipolisis) y aumenta la velocidad del metabolismo.

Mostaza: acelera el metabolismo por su efecto termogénico y hace que se quemen los depósitos de grasa con más eficiencia. Puede acelerar el metabolismo hasta un 50% después de su ingesta. Son más eficaces las mostazas de color claro ya que tienen más “poder quema grasa”. Se pueden usar combinándola con distintas variedades de carne.

Curry y cúrcuma: se usan como condimentos para dar color y sabor a las comidas. En la India su uso es cotidiano. Además de su poder termogénico son antiinflamatorias y antioxidantes. Para mejorar su absorción, recomendamos mezclarlas con pimienta negra.

Canela: contiene unos fitonutrientes que mantienen los niveles de la insulina y glucosa estables, con la ingesta de media cucharadita al día. Su agradable sabor hace que se puede combinar con muchos alimentos como con el café, las infusiones, yogur, postres…

El café: la cafeína a dosis moderadas, es termogénica, y la paraxantina promueve la combustión de las grasas, pero ojo en la cantidad está el truco, porque la cafeína en exceso aumenta la secreción de insulina que favorece un aumento del almacenamiento de grasa.

Té verde: es también está presente en casi todos los suplementos llamados “quemadores de grasa”. Esto se debe a que contiene un polifenol, el EECG, que aumenta el gasto de calorías, a la vez que disminuye los niveles de LDL o colesterol malo. Es un potente antioxidante, con todas las ventajas que eso trae. De nuevo, todo es una cuestión de dosis.

Quinoa: tiene un alto valor nutricional. En una taza de quínoa hay 8 gramos de proteína y 6 gramos de fibra. Es un alimento quema grasa por definición, el problema es que no siempre sabemos cómo emplearlo. En realidad tiene una versatilidad sorprendente. Podemos usarla en el desayuno, como un cereal tradicional, o algo bien simple: sustituyendo el arroz en muchas recetas. Hay muchas ensaladas deliciosas y nutritivas que se pueden hacer con quínoa

Tomates: esta deliciosa fruta, que tantas veces nos cuesta ver como tal, nos ofrece todo tipo de ventajas. Por una parte aporta gran cantidad de fibras. Esto es importante porque no solo regula el funcionamiento del aparato digestivo, mejora los niveles de colesterol malo en sangre, mejora los niveles de azúcar en sangre, sino que además nos brinda suficiente saciedad como para no necesitar comer algo más en forma inmediata. Los tomates tienen antioxidantes, como el licopeno, que combaten los radicales libres y evitan enfermedades degenerativas y el deterioro de la edad. Todas estas maravillas en un mínimo de calorías.

Naranjas: nos aportan mucha azúcar y muchos piensan que por eso te hacen engordan. Es verdad que tienen azúcar, pero también es verdad que tienen mucha fibra, por lo que ese azúcar se absorbe en forma lenta, lo que evita las bruscas subas y bajas de insulina. Esa misma fibra hace que se sienta saciedad. Por lo tanto, con al bajo aporte calórico que tienen las naranjas, son ideales en toda dieta.

Observaciones: no exageremos en la cantidad (un par de naranjas al día está perfecto) y evitemos lo jugos en los cuales se ha deshecho todas las fibras. Lo ideal es consumir la fruta entera. Sin duda alguna, la ventaja del aporte de vitamina C es tan grande, que la hacen inigualable.

Avena: este es otro alimento que no siempre sabemos aprovechar ya que hay quienes piensan que sirve para subir de peso. Todo lo contrario. La avena aporta enormes cantidades de fibra, que como hemos visto dan saciedad, mejoran la función digestiva y normalizan el colesterol y el azúcar. Por otra parte aporta antioxidantes y gran cantidad de minerales. La mejor forma de comenzar el día es con un buen desayuno, que incluya avena en el mismo. Puede ser con un yogur desnatado, con jugos o con frutas.

Manzana: esta es otra fruta que lleva a confusión por su sabor dulce, que identificamos como poco recomendable. Nada más lejos de la verdad. Las manzanas tienen lo que tiene que tener: antioxidantes, fibras y vitaminas; y no tienen lo que no tienen que tener: calorías, grasas y sodio. Eso sí, lo ideal es consumirlas con la piel ya que ahí reside la mayoría de sus fibras. Consumamos manzanas orgánicas bien lavadas y veremos cómo quemamos grasas.

Nueces: todas las dietas, o casi todas, las incluyen. Es que son pura ventajas, sobretodo porque son el bocadillo ideal para esas horas entre comidas donde más trasgresiones a la dieta se hacen. Se pueden comer solas, en el desayuno con las frutas, o en ensaladas para darles ese toque crocantes que las vuelve tan apetitosas.

Claras de huevo:l os huevos son objetos de muchas controversias debido al contenido de grasas de las yemas. En realidad son una excelente forma de consumir proteínas, con o sin yema. Sin embargo, si estamos intentando vigilar en forma muy estricta las grasas de la dieta, una buena idea es consumir solo la clara y quedar por fuera del problema.

Espárragos: cuando pensamos en un alimento que contenga muchas fibras sin duda alguna hablamos de espárragos. Los espárragos son los reyes de la desintoxicación. Regulan el transito digestivo, regulan los niveles de azúcar y de grasas en sangre y además, como si esto fuera poco, aportan minerales y vitaminas.

Vinagre de manzana orgánico sin cocción: este es un dato muy interesante. El vinagre de manzana orgánico sin cocción ayuda a la digestión y promueve una gradual pérdida de peso. Lo ideal es beber un vaso de agua con un poco de vinagre cada mañana antes de desayunar.