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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINLa cerveza es una bebida altamente consumida, pero generalmente se le relaciona con palabras como: borrachera, fiesta y desinhibición; sin embargo, también resguarda algunos datos curiosos.
Principalmente se clasifican en dos ramas: lager y ale y su clasificación depende del proceso de fermentación y el tipo de levadura utilizada, no de su coloración. Diferenciarlas entre claras y oscuras simplemente nos indica el grado de tostado de la malta y, por ende, algunas notas de sabor que encontraremos al probarlas.
Lo que estás degustamos no es un sabor sino un lúpulo que es es uno de los cuatro ingredientes naturales y fundamentales de la cerveza y es lo que le da distintos aromas y sabores. Además, según el Centro de Información de Cerveza y Salud de España, el lúpulo contribuye a la estabilidad de la espuma, aromatiza y tiene propiedades antisépticas.
El color no proporciona amargura o contenido de alcohol. Las levaduras son responsables del proceso de fermentación, donde los azúcares de la malta o algún otro cereal se transforman en alcohol.
Tanto el amargor como el sabor característico de la cerveza es proporcionado por el lúpulo, un ingrediente natural que de acuerdo a su variedad contiene diferentes porcentajes de ácidos alfa y aceites esenciales que son desprendidos durante el proceso de elaboración y responsables del sabor.
Exponer la cerveza a la luz ocasiona un cambio drástico en el sabor. Seguramente hemos oído hablar de una cerveza 'quemada', esto se debe a la oxidación que ocasionan los rayos UV a algunos de los compuestos del lúpulo. La oxidación es responsable del sabor amargo y desagradable que comúnmente identificamos como una cerveza 'quemada'. Es por eso que las compañías cerveceras han tomado medidas preventivas y utilizan botellas color ámbar que filtran los rayos UV y te permiten disfrutar el verdadero sabor de la cerveza.
El vaso influye. Tomar la cerveza en botella impide que salga la carbonatación, que los aromas suban apropiadamente y que se disfrute como realmente se debe. Estos cuatro son los básicos para disfrutar de los tipos de cerveza más comunes:
Tarro: Para cervezas ligeras (por ejemplo las lager), porque la carbonatación sube rápidamente.
Vaso Pilsner: Para las cervezas de esa categoría, este vaso fue creado para lucir la novedad del color. Al ser más abierto permite que el carbono suba. Lo recomendado son dos dedos de espuma.
Pinta: Cervezas más aromáticas como las american pale ale. También acepta las cervezas más tostadas, con toques de caramelo o chocolate.
Chalice: Una copa especial que ayuda a retener el sabor y la espuma, es perfecta para saborearse cuando está entre los 3 y 5 grados centígrados.
Existe una cerveza para cada plato. Tal como le pasa al vino, dependiendo de lo que se vaya a comer, se puede disfrutar mas del ágape si se marida con la cerveza adecuada. Así que antes de ordenar, preguntar qué cervezas tienen y cuál recomiendan.
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